El refrigerante, generalmente compuesto por agua y anticongelante, puede poseer varias propiedades que mejoran el rendimiento con el apoyo de aditivos. Por ejemplo, se puede agregar un inhibidor de corrosión al refrigerante para proteger las superficies metálicas de su motor contra la corrosión. Con el tiempo, estas características se degradarán a medida que el líquido se vuelva cada vez más ácido. Este líquido deteriorado puede provocar daños graves a su motor al no controlar la temperatura. Por lo tanto, los fabricantes sugieren reemplazar el refrigerante periódicamente.
Se recomienda cambiar el refrigerante después de los primeros 210,000 km (140,000 millas) o 120 meses, luego cada 30,000 km (20,000 millas) o 24 meses.