5 síntomas de una transmisión automática dañada
2021-10-12Tanto si acabas de comprar una camioneta familiar con transmisión automática como si ya llevas tiempo conduciendo este u otro modelo, es importante que conozcas las fallas más comunes que podrían interrumpir tus viajes e incluso convertirse en un riesgo en la carretera. Una de ellas es la transmisión automática dañada.
Este mecanismo es fundamental para el funcionamiento adecuado de tu carro, y su deterioro puede representar una serie de problemas graves. Por eso, para prolongar su vida útil, se recomienda revisarlo con regularidad.
Ahora bien, si durante este tiempo no le diste la atención necesaria, tienes que examinarlo para determinar si está o no en buenas condiciones. A fin de ayudarte con ello, a continuación te mostramos 5 síntomas de una transmisión automática dañada a los que debes estar atento.
1. Falta de respuesta
La duda o la negativa absoluta a cambiar a la marcha adecuada es una señal reveladora de problemas en la transmisión. La incapacidad para cambiar puede ser eléctrica, hidráulica o mecánica. A veces, este fallo se manifiesta como una demora al cambiar de conducción a estacionamiento antes de que la marcha se active correctamente.
La falta de respuesta podría deberse a un problema con el fluido de transmisión (ATF); si se ha degradado o tiene una consistencia espesa, lo mejor es renovarlo. En otros casos, también puede deberse a la computadora automotriz. La solución es sencilla: desconecta la batería durante 30 minutos para que se reinicie.
Si ninguno de estos métodos te ayuda con la transmisión dañada, lo ideal sería visitar tu taller de confianza para que los expertos identifiquen la raíz del problema.
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2. Sonidos extraños
Los sonidos del vehículo difieren, dependiendo de la marca y el modelo. Para determinar si debes prestar mucha atención a un sonido específico, considera estas dos preguntas:
1. ¿Se trata de un sonido que nunca habías oído?
Si el ruido es extremadamente fuera de lo común, procura llevar tu vehículo a un taller especializado en reparaciones de transmisiones para que un equipo de mecánicos certificados haga un diagnóstico exhaustivo y te explique cómo proceder.
2. ¿El sonido se parece a un zumbido, un lloriqueo o un chasquido?
Estos términos se utilizan más que todo para describir los ruidos de fallo de la transmisión. Dado que este mecanismo cuenta con cientos de piezas, un solo rodamiento o incluso un estuche desgastado pueden emitir un sonido molesto. Desafortunadamente, estos ruidos son más que una distracción, pues conducen a un fallo severo.
Vale la pena mencionar que estos sonidos pueden indicar problemas tanto leves como graves. Si los zumbidos o gemidos son intermitentes o solo ocurren en ciertas ocasiones, podrías comenzar con una revisión casera, pero si son constantes y persistentes, tu carro necesitará atención inmediata.
Algunos de estos ruidos pueden estar relacionados con el motor, el sistema de escape, el eje de transmisión, los diferenciales o incluso un cojinete de rueda, por lo que es muy importante diferenciarlos para diagnosticar la falla y tratarla correctamente.
3. Fugas de líquido
La fuga de líquido es reconocible y fácil de diagnosticar. Este fluido da vida a la transmisión, y su función es lubricar los componentes de dicho sistema para reducir la fricción y evitar el sobrecalentamiento. También funciona como un fluido hidráulico que permite el acoplamiento de engranajes.
Si el ATF se filtra, la transmisión funcionará con un fluido bajo, lo que conduce a una mayor probabilidad de sobrecalentamiento. Esta es una de las formas más comunes y rápidas en las que una transmisión se estropea, ¡así que no pases por alto sus señales!
Si ves una piscina de líquido rojo brillante debajo de tu vehículo, llévalo a un taller de reparación de inmediato para que solucionen el problema antes de que sea irreparable. No esperes llegar al punto en que el fluido sea de color marrón oscuro o negro y emita un olor a quemado. De ser este el caso, quizá ningún procedimiento de reparación o mantenimiento de menor importancia pueda arreglar la falla interna ya presente.
¿Detectaste que el problema es la junta de la bandeja? Entonces, ¡no te preocupes! El lavado de la transmisión y la reparación de la bandeja o junta será suficiente para solucionarlo.
4. Olor a quemado
Como se mencionó anteriormente, el líquido filtrado es una mala señal. Sin embargo, si ninguna fuga acompaña el olor a quemado, tu fluido de transmisión probablemente se esté sobrecalentando debido a los residuos de embrague, rotura de componentes metálicos y lodos.
Estos síntomas de una caja automática dañada suelen manifestarse cuando el líquido de la transmisión no se ha lavado o reparado en un vehículo con más de 160 kilómetros. ¡Toma nota para evitarlo en el futuro!
Ahora, seguro que te estás preguntando a qué huele el líquido de transmisión quemado. Pues bien, este es un olor bastante particular: cuando el ATF se quema, emite un olor acre único, más cercano al hedor del caucho quemado que del aceite quemado. Si el líquido de la transmisión se calienta demasiado, es posible que incluso observes humo.
Una vez que el fluido se quema, ya no puede cumplir con sus responsabilidades de administrar el calor, lubricar las piezas y cambiar de marcha hidráulicamente, lo que eventualmente puede causar una falla catastrófica en el sistema. Por este motivo, es crucial llevar tu auto al taller para evitar costosas reparaciones mayores y mantener su integridad y rendimiento a largo plazo.
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5. El auto no se pone en marcha
Es posible que en algún momento muchos conductores se hayan encontrado en este terrible escenario: estás sentado en tu vehículo, atascado y con el motor encendido, pero no puedes moverte. ¡Tu transmisión no se pone en marcha!
Los demás conductores tocan la bocina incesantemente, giran a tu alrededor, el tráfico se detiene por kilómetros y el estrés por la incertidumbre comienza a acumularse. Lo que iba a ser un relajante paseo terminó convirtiéndose en una pesadilla. Incluso si nunca has experimentado esto, seguro que puedes imaginarte la situación con repulsión.
Entonces, ¿cuál es el problema en estos casos? Si tu vehículo no se pone en marcha, puede haber muchas razones detrás de ello. Algunos problemas potenciales incluyen un tipo de fluido de transmisión incorrecto, posicionamiento incorrecto del cable de cambio, falla mecánica interna, un filtro obstruido, un enlace del embrague defectuoso, solenoides defectuosos, sensores o un sistema informático que funciona mal.
Por supuesto, la mejor manera de identificar la causa específica es visitar tu taller de confianza y dejar el diagnóstico y reparación en manos de expertos. La asistencia profesional te ayudará a evitar mayores daños que podrían resultar costosos.
Hasta este punto, te hemos mostrado 5 señales de fallas en la transmisión automática. Apenas comiences a notar algunos de los síntomas mencionados, no dudes en reparar inmediatamente la transmisión. ¡Esperamos que esta información te haya resultado interesante y útil!
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