En lo que se refiere a recargar tu coche eléctrico, tienes un montón de opciones para hacerlo, dependiendo de lo que te resulte más cómodo según tus rutinas diarias y se adapte mejor a tus necesidades en cada momento. De hecho, como podrás recargarlo en casa, en tu lugar de trabajo o en un punto de recarga próximo, ya no tendrás que desviarte de tu camino como suele suceder cuando hay que repostar en una gasolinera.

También tienes diferentes opciones en lo que respecta a la velocidad de la recarga. Además, aunque hay varios tipos de recarga y de conectores distintos que pueden parecer un poco confusos al principio, el proceso de enchufar un EV para recargarlo es tan rápido y sencillo como recargar tu teléfono móvil.

¿Dónde puedo encontrar mi punto de recarga público más cercano?
Vivas donde vivas, podrás acceder a aplicaciones con mapas especiales que contienen datos agregados. Ahí encontrarás a los diferentes proveedores de puntos de recarga de tu zona. ¡Encontrarás siempre el punto de recarga más cercano con solo echar un vistazo!

No todos los coches tienen el mismo tipo de conector de recarga. Pero, una vez que sepas cuál es el tuyo, lo demás es muy fácil. Hay que conocer dos conectores: el que se conecta a tu coche y el que se conecta a la fuente de alimentación. Los que tú vas a usar dependerán del modelo concreto de tu EV, de dónde realices la recarga (en casa, en el trabajo o en un punto de recarga público) y del tipo de recarga.

Existen tres tipos (o modos) principales de recarga para un EV: rápida, semirrápida y lenta. Y cuatro tipos principales de conectores: tipo 1, tipo 2, tipo 2 Combo y CHAdeMO.

A cada tipo de cargador va asociado un juego de conectores diseñados para utilizarse con potencia baja o elevada, y para recargas con CA o CC. Sin embargo, en la práctica, de lo único que tienes que preocuparte es de utilizar un punto de recarga con un conector que encaje en tu vehículo eléctrico. Al comprar un EV, en el concesionario te informarán sobre el tipo de punto de recarga doméstico que mejor se adapta a tus necesidades.

Aunque la ubicación, los conectores y el tiempo de recarga pueden variar, el proceso es siempre el mismo: estacionar, enchufar, y... ¡ya está!