¿Cuál es el vehículo eléctrico más barato del mercado? ¿Hasta qué punto son asequibles los EV en general? En pocas palabras, el coste de adquisición de un coche eléctrico depende de muchos factores, entre los que se incluyen la marca, el modelo y el tamaño de la batería, así como las posibles subvenciones gubernamentales y exenciones fiscales que puedan existir en tu lugar de residencia. Y eso no es todo: el coste de propiedad a largo plazo también puede generar un importante «efecto de amortización» para los propietarios de EV.
Así pues, vamos a profundizar en algunos de los aspectos que debes tener en cuenta.
Aunque el precio de compra de los vehículos eléctricos disminuye constantemente a medida que progresa la tecnología de la batería, un coche eléctrico suele ser más caro que un coche equivalente con motor estándar de gasolina o diésel. No obstante, si calculas el coste total de propiedad y todos los factores implicados, como menores costes de mantenimiento y combustible, los vehículos eléctricos se sitúan como la opción más rentable a largo plazo.
Además, si tenemos en cuenta que ahora la gran mayoría de las personas financian sus coches, el coste mensual de un vehículo eléctrico será muy similar al coste de financiar un automóvil de gasolina o diésel.
Subvenciones gubernamentales y exenciones fiscales
Dependiendo de tu lugar de residencia, puedes optar a una subvención gubernamental, lo que contribuirá considerablemente a compensar la diferencia de precio inicial. También es posible que descubras que, como propietario de un vehículo eléctrico, estás exento de pagar el impuesto de matriculación.
Menores costes de mantenimiento
Aunque ningún coche está totalmente exento de un posible mantenimiento con el paso del tiempo, los vehículos eléctricos no suelen necesitar tanto mantenimiento como los coches con motor de combustión interna tradicional (ICE, en inglés). Esto se debe a que los motores eléctricos solo tienen una parte móvil, mientras que los motores tradicionales de gasolina y diésel llevan una amplia serie de componentes que pueden necesitar reparaciones, desde válvulas y pistones hasta culatas y la tapa de combustible. En última instancia, esto significa una considerable reducción de los costes de mantenimiento.
Una de las principales ventajas de los vehículos eléctricos es su bajo coste de circulación. Por supuesto, esto influye en el coste total de propiedad de un EV: el ahorro en combustible a largo plazo supera finalmente el sobrecoste inicial. Conducir un coche eléctrico casi siempre es más barato; incluso, con frecuencia, es mucho más barato.
En el primer caso, un consumidor compra un coche para conducir casi 100 kilómetros por jornada laboral (excluyendo días festivos y fines de semana), lo que da como resultado un kilometraje anual de 21 655 km, basándonos en datos de CBS de 2014 (CBS, 2015). Los propietarios conservan el vehículo durante ocho años. Además, se supone una recarga doméstica en el 80 % de los casos y en puntos de recarga públicos el 20 % restante. Por término medio, el coche se recarga una vez al día. Disfruta de una tasa de descuento social del 7 %.(2)
No obstante, lo que ahorras exactamente en combustible depende de varios factores:
Sin embargo, considerándolo todo, e independientemente de estas variables, es muy probable que, si compras un vehículo eléctrico en lugar de uno de gasolina o diésel, ahorres una importante cantidad de dinero durante el periodo de propiedad.